La dieta paleo: regreso al orígen de la alimentación
La dieta paleo se basa en comer los alimentos que nuestros ancestros cazadores-recolectores supuestamente comieron (humanos del periodo Paleolítico): una dieta de carne, comida de mar, frutas, vegetales, y nueces. Es famosa por evitar los cereales de grano entero, los lácteos y la comida procesada y elogia los beneficios de las carnes de granja y las salvajes. Oficialmente, el consumo sugerido de nutrientes es de:
-19 a 35 % de proteína
-22 a 40 % de carbohidratos
-28 a 47 % de grasa
Con comidas de origen animal servidas prácticamente en cada comida. El beneficio claro es que los consumidores paleo podrían estar reduciendo o eliminando azúcar y harina blanca, comidas que están asociadas con la creciente epidemia de obesidad.
¿Por qué llevar una dieta paleo?
El objetivo de una dieta paleo consiste en regresar a un modo de alimentación más similar al de los primeros humanos. El razonamiento de ello es que el cuerpo humano es genéticamente incompatible con la alimentación moderna que surgió a partir de la aparición de la agricultura.
La agricultura cambió lo que comían las personas y estableció los lácteos, cereales y legumbres como alimentos de primera necesidad adicionales en la dieta humana. Según esta hipótesis, este cambio relativamente tardío y rápido en la dieta superó la capacidad de adaptación del cuerpo. Se cree que esta incompatibilidad es un factor que contribuye a que en la actualidad prevalezcan la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardíacas.
¿Qué alimentos están permitidos en la dieta paleo?
La base principal de la dieta paleo son las verduras, después el pescado, la carne y los huevos y, finalmente, la fruta, los frutos secos, los aceites, las especias, las hierbas y las semillas. Es decir, productos vegetales y animales y lo habitual es que buena parte de la dieta se base en frutas y verduras, de las que se obtienen una gran cantidad de vitaminas y minerales, y una mínima de carbohidratos.
Por otro lado, son el aceite junto con las semillas y los frutos secos los productos que aporten las proteínas y las grasas saludables.
Sin duda puede ser un gran cambio pasar de una dieta con un alto porcentaje de carbohidratos y con alimentos procesados y envasados, a la alimentación que estás viendo.
¿Cuáles no están permitidos?
Todos los alimentos con gluten
Granos y cereales (maíz, trigo, cebada, avena, quinoa, etc)
Legumbres (lentejas, garbanzos, frijoles)
Azúcar refinada y edulcorantes artificiales (jarabe de maíz de alta fructosa, aspartame, sucralosa)
Lácteos pasteurizados
Aceites vegetales (aceite de maíz, de cánola, de soya, aceite vegetal, etc)
Grasas hidrogenadas
Grasas químicamente alteradas (“grasa reducida” “libre de grasa”, etc)
Condimentos como mayonesas y cátsup con azúcar agregada, conservadores, químicos e ingredientes genéticamente modificados
Alimentos con azúcar añadida
Carnes y pollos altamente procesados, con antibióticos, hormonas, que contengan MSG
Leches vegetales con azúcares añadidos, conservadores, carragenina y otros ingredientes artificiales
Jugos en polvo con colorantes e ingredientes artificiales
Comida rapida
Alimentos aceptados de forma moderada
Miel cruda, stevia no procesada.
Chocolate negro orgánico
Cacao en polvo
Beneficios de la dieta paleo
Varios ensayos clínicos aleatorios compararon la dieta paleo con otros planes de alimentación, como la dieta mediterránea o la dieta para la diabetes. En general, estos ensayos sugieren que una dieta paleo puede brindar algunos beneficios al compararla con otros tipos de dieta. Algunos beneficios son los siguientes:
Mayor pérdida de peso
Mejor tolerancia a la glucosa
Mejor control de la presión arterial
Reducción de los triglicéridos
Mejor manejo del apetito
En resumen, una dieta paleo puede ayudarte a perder peso o bien a mantenerlo. Sin embargo, no existe ningún estudio clínico contundente a largo plazo acerca de los posibles riesgos y sus beneficios de la dieta.